Houston (EE.UU.), 27 oct (EFE).- El duelo que protagonizan los Astros de Houston contra los Dodgers de Los Angeles en la Serie Mundial ha batido marcas en la historia del béisbol de las Grandes Ligas y ahora con su llegada a la ciudad espacial el equipo local trata de aprovechar al máximo la condición de local.
Sobre todo después de haber conseguido quitarle a los Dodgers el invicto que tenían en su campo del Dodger Stadium, de Chávez Ravine, en Los Angeles.
Desde el inicio de la Serie Mundial el hecho de tener a dos equipos que ganaron 100 partidos cada uno juegos cada uno en la temporada regular, algo que no había sucedido en 47 años, ya se convirtió en algo muy especial.
Luego en los dos primeros partidos disputados en Los Angeles fueron de los que hacen afición y los buenos aficionados al deporte pasatiempo nacional en Estados Unidos sueñan presenciar, al ver como en el primero los abridores Clayton Kershaw y Dallas Keuchell dieron todo un recital de buen pitcheo.
Mientras que en el segundo la combinación fue perfecta, con dominio del pitcheo hasta la recta final de la octava entrada cuando despertó el mejor bateo de las Grandes Ligas, el de los Astros, y todo el protagonismo fue para la ofensiva.
Ahora que los Astros igualaron las cosas con esa épica y dramática victoria del Segundo Partido que se disputó en Dodger Stadium y que ya ha hecho que la Serie Mundial tenga todos los alicientes para convertirse en un verdadero clásico.
El duelo del Tercer Partido tendrá como primer gran aliciente ver en el montículo a los abridores Lance McCullers Jr. y Yu Darvish, cuya actuación podría resultar decisiva en la devenir de la serie.
Los Astros saben que tienen el momento ganador de su lado y el piloto del equipo, A.J.Hinch, es consciente de esa realidad.
«Si hubiésemos perdido, hubiese dicho que no tendría repercusión, pero como ganamos, diría que sí, absolutamente ese juego cambió el momento a nuestro favor», destacó hoy Hinch antes del calentamiento del equipo.
Por su parte, Dave Roberts, el dirigente de los Dodgers, descartó que cualquier cosa que haya ocurrido el miércoles vaya a tener un efecto en el futuro de la serie.
«Tenemos un grupo resistente y batallador», señaló Roberts. «Muchos de nuestros peleteros han jugado este juego por años. Estaremos listos».
Los Astros, que vienen de ganar el primer juego de Serie Mundial en la historia de la franquicia, tienen marca de 6-0 y han dominado 31 a 7 carreras a sus oponentes este octubre en casa, donde ostentan una efectividad de 1.17.
Además, gracias a una fanaticada que se ha abalanzado a apoyar al equipo después de la tragedia del huracán Harvey, el estadio estará a reventar, igual de ruidoso como cuando los Astros regresaron a casa abajo 3-2 en la Serie de Campeonato ante los Yanquis y fueron capaces de salvar su temporada.
Esta vez, el regreso a casa no estará marcado por la necesidad de despertar a los bates, sino por continuar con el ataque que montaron el miércoles contra al hasta entonces impenetrable bullpen de los Dodgers, que no había permitido una carrera en sus anteriores 28 entradas de trabajo.
Fue una racha a la que pusieron fin los venezolanos Marwin González y José Altuve, el puertorriqueño Carlos Correa y el jardinero George Springer, también de origen boricua, con sus bambinazos del Segundo Partido.
«Yo creo que eso nos dio un poquito de momento», declaró el tercera base Alex Bregman. «Y estamos felices de volver a casa y poder jugar frente a todos estos fanáticos en Houston».
Desde que la Serie Mundial adoptó el formato actual de 2-3-2 en 1946, ha habido 34 series empatadas tras los dos primeros partidos.
El equipo que se fue a casa para los encuentros 3,4 y 5 terminó ganando 18 veces el título, un 52,9 por ciento y en cuatro ocasiones se coronaron en el Quinto Partido.
Tres veces el equipo visitante ganó esos juegos 3,4 y 5, algo que no ocurre desde los Orioles en Filadelfia en 1983.
Ahora, son los Dodgers los que tienen el reto de recuperarse tras una derrota muy dura, en la que llegaron a tener la carrera del empate en el plato en el undécimo episodio.
Que no tengan que volver a utilizar tanto a su bullpen en el Juego 3 será algo que dependerá de Darvish.
El abridor japonés de 31 años ha estado fenomenal en los playoffs, con marca de 2-0 y 1.59 de efectividad en 11.1 entradas.
Como miembro de los Vigilantes de Texas hasta mediados de temporada, tiene mucha experiencia contra los Astros y ha lanzado maravillosamente bien en este parque. Tiene 4-1 y 2.16 de por vida en Minute Maid Park.
«Es mejor saber que ya he lanzado aquí antes», declaró Darvish, que tiene 4-0 y 0.88 de efectividad en sus últimas cinco salidas. «Quizás me da un poco de ventaja, pero en realidad no importa».
Con la mudanza al estadio de la Liga Americana, se espera que los Dodgers mantengan a Corey Seager en el campocorto y usen a Joc Pederson, Andre Ethier, y al receptor cubano Yasmani Grandal como bateadores designados en los tres juegos en Texas.
Del lado de los Astros, esto les abre más oportunidades al veterano toletero puertorriqueño Carlos Beltrán y a Evan Gattis, que con toda seguridad le darán aun más poder a su bateo demoledor.