San Juan, 26 dic (EFE).- El béisbol se afianzó como el deporte rey en Puerto Rico durante 2017 por la exaltación al Salón de la Fama de Iván Rodríguez, el segundo puesto del ‘Team Rubio’ en el Clásico Mundial y las destacadas temporadas de varios peloteros en las Grandes Ligas.
La elección de Rodríguez a la sala de los inmortales ocurrió el 18 de enero y fue preámbulo de celebraciones y gestas de figuras del béisbol puertorriqueño.
Con el 76 % de los votos de la Asociación de Cronistas de Béisbol, ‘Pudge’ Rodríguez fue inmortalizado junto al exinicialista Jeff Bagwell y el exjardinero Tim Raines.
En 21 temporadas en las Grandes Ligas, Rodríguez atizó en 2.543 partidos, promedio de bateo de .296, conectó 2.844 imparables, disparó 311 ‘jonrones’, impulsó 1.332 carreras, anotó 1.354 veces y terminó con 4.451 total de bases.
Además de sus 13 Guantes de Oro, Rodríguez es el líder entre los receptores en todos los tiempos.
Además, participó en 14 ediciones del Juego de Estrellas. En 1999, con los Vigilantes, fue el Jugador Más Valioso (JMV) en la Liga Americana y en 2003, con los entonces Marlins de Florida, obtuvo el JMV de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Rodríguez es el cuarto puertorriqueño en el Salón de la Fama. Antes llegaron Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Roberto Alomar.
Un par de semanas después los Criollos de Caguas se proclamaron campeones de la Serie del Caribe, marcando el primer título de un club boricua en este evento desde el 2000.
Y un poco más de un mes después Puerto Rico participó en la cuarta edición del Clásico Mundial de Béisbol.
Las expectativas del equipo, dirigido por Edwin Rodríguez, eran altísimas, pues contaba en su alineación con los veteranos Carlos Beltrán y Yadier Molina, así como las nuevas estrellas: Carlos Correa, Francisco Lindor, Javier Báez y Edwin Díaz, así como Kennys Vargas, Eddie Rosario y José Orlando Berríos.
Previo al arranque del torneo mundialista, Molina impulsó al equipo a que se tiñeran sus cabelleras de rubio, como un motivo de unión entre los peloteros, y que provocó también que muchos puertorriqueños en la isla hicieran lo propio, incluyendo al gobernador, Ricardo Rosselló.
Partido tras partido, el ‘Team Rubio’ ilusionó con los batacazos a larga distancia y las jugadas defensivas de Correa, Báez, Molina y Berríos, llevaron a Puerto Rico a derrotar a la República Dominicana, Estados Unidos y Venezuela, hasta pasar al partido final por segunda edición seguida.
En la edición de 2013 el encuentro final fue ante la República Dominicana, contra quien perdieron, por lo que los puertorriqueños anhelaban desquitarse de ese mal sabor cuatro años más tarde contra los Estados Unidos, pero el resultado fue negativo, al caer 8-0.
Sin embargo, días después del partido de campeonato, un nutrido grupo de integrantes del equipo boricua llegó a Puerto Rico, donde fueron recibidos como héroes por llenar a la isla de alegría durante su trayecto en el evento deportivo.
La efervescencia del evento, no obstante, la cargaron los boricuas a sus respectivos equipos en su nueva campaña en las Grandes Ligas.
Molina, Correa y Lindor fueron elegidos al Juego de Estrellas.
Y varios meses más tarde del clásico juego, se llevó a cabo la Serie Mundial entre los Dodgers de Los Ángeles y los Astros de Houston, el cual contaba en sus filas con Beltrán, Correa, el receptor Juan Centeno y Alex Cora.
La Serie se extendió a siete partidos, ganándola los Astros y otorgándole a Beltrán su primer campeonato en sus 20 años de carrera y su retiro del béisbol, mientras que Correa aprovechó para proponerle matrimonio a su novia y los Medias Rojas de Boston eligiendo a Cora como su nuevo dirigente.
Jorge J. Muñiz Ortiz