Por Joey Johnston Especial para MLB.comWEST PALM BEACH, Florida — El jueves por la tarde, toda la atención estaba puesta sobre Jake Arrieta y su debut en la Liga de la Toronja con los Filis, especialmente cuando ponchó a los primeros dos bateadores que enfrentó.
Fue entonces cuando el venezolano Miguel Cabrera, tercer bate de los Tigres, se paró en la caja de bateo e hizo lo que suele hacer Miguel Cabrera.
Cabrera bateó una recta de 92 millas por hora de Arrieta y la mandó sobre la cerca entre el jardín central y el derecho en el Spectrum Stadium, avisando una vez más que tiene toda la intención de recuperarse tras una temporada mediocre para sus estándares y plagada de lesiones en el 2017.
Cabrera se fue de 4-2 en la victoria por 6-2 de los Tigres y ahora está bateando .333 (con .542 de slugging) esta primavera con dos bambinazos y 11 carreras remolcadas.
Durante años, Ron Gardenhire, quien está dirigiendo a los Tigres por primera vez, vio en condición de dirigente de los Mellizos cómo sus lanzadores tenían que tratar de lidiar con Cabrera.Sobra decir que prefiere mucho más tenerlo de su lado.
«Es divertido», dijo Gardenhire. «De verdad es divertido, verlo caminar hasta la caja y aporrear la pelota contra el contrario y no contra nuestro equipo.
«Siempre he tenido el mayor respeto por él», continuó el capataz. «Nada de eso ha cambiado. Me encanta tenerlo en el clubhouse, estar alrededor suyo. Es uno de los mejores bateadores que he visto en mi vida».
Cabrera es uno de los mejores en la historia del juego, y posiblemente el mejor bateador derecho de su generación.En 15 temporadas, tiene un promedio de por vida de .317. Necesita 38 jonrones para convertirse en el 28vo jugador que arriba a 500 bambinazos.
El de Maracay ganó el título de bateo de la Liga Americana cuatro veces en un lapso de cinco años. En cuatro oportunidades encabezó su liga en porcentaje de embasarse. Y en dos ocasiones fue primero en slugging y en OPS.
Fue por eso que llamó la atención que Cabrera bateara .249 con 16 jonrones y 60 remolcadas en el 2017.
Sin embargo, hubo un atenuante.
Cabrera estuvo lesionado. Tenía dos hernias discales en la espalda, condición que lo limitó a 130 juegos, una estadística que dice mucho cuando se recuerda que Cabrera jugó la mayor cantidad de encuentros en las Grandes Ligas -1,732- entre el 2004 y el 2014.
«Fue una pesadilla», dijo Cabrera al final de la campaña pasada, cuando prometió que cambiaría su rutina de entrenamiento en la temporada muerta para concentrarse más en flexibilidad que en levantar pesas.
Lo que ha hecho en la primavera ha sido causa de optimismo en los Tigres.
«Es el Miggy de siempre», dijo Mikie Mahtook, patrullero de los Tigres. «Miren, es uno de los mejores bateadores de la historia. Es divertido verlo trabajando y observar cómo se prepara».
Cuando Cabrera fue retirado del juego del jueves, pasó un tiempo considerable en el clubhouse haciendo estiramientos. Tiene sentido. Cumplirá 35 años el 18 de abril.
¿Un Cabrera saludable?Cuando se escucha a Gardenhire y a sus compañeros hablar de proyecciones, pareciese que los números de la versión estelar de Cabrera podrían regresar.
La especulación durante la temporada muerta giró en torno a la pérdida de habilidades por parte de Cabrera. Gardenhire rechaza esa versión de entrada.
«Todo el mundo dice que él tiene algo que probar, pero yo no creo eso», expresó Gardenhire. «Los jugadores como él sólo quieren mantenerse sanos. Si está saludable, es un gran bateador.
«La salud le pasó factura el año pasado. Si se mantiene en salud este año, van a ver a alguien matando la pelota. Tiene el plan de ataque perfecto en el plato. La puede sacar por el jardín derecho. La pueda jalar hacia su banda si quiere. Es un gran bateador. Tan bueno como te puedas imaginar».
Cabrera ha mostrado evidencias de eso a lo largo de su carrera.
Después de lo que espera haya sido un bajón de un solo año, está tratando de regresar a la élite de los bateadores. Basado en lo que ha demostrado esta primavera, la reconquista ha empezado bien.