Por Ben Walker Associated Press– El Fenway Park resultó demasiado engañoso y frío para los Dodgers. El batazo de Eduardo Núñez dio la tranquilidad a los Medias Rojas.
Como emergente, Núñez disparó un jonrón de tres carreras para estirar la ventaja de Boston, que comenzó la Serie Mundial blandiendo los maderos con autoridad y derrotó el martes 8-4 a Los Ángeles.
Andrew Benintendi y J.D. Martínez lucieron explosivos con el bate en el primer duelo del Clásico de Otoño, ante unos Dodgers que además pasaron penurias para descifrar las peculiaridades de un Fenway donde no juegan a menudo.
Benintendi pegó cuatro imparables, y Martínez impulsó dos carreras en el comienzo del duelo durante una noche fría y con mucho viento.
Pero el batazo de Núñez permitió que Boston pusiera al fin más tierra de por medio respecto de sus rivales.
El bullpen de Boston realizó después una buena labor, luego que el duelo entre los abridores Chris Sale y Clayton Kershaw resultó decepcionante. Ninguno de los dos ases tuvo una buena noche.
Desde el inicio, el Fenway causó todo tipo de problemas a los Dodgers.
Mookie Betts inauguró el duelo con un globo que David Freese no puto capturar. El primera base se extravió en la estrecha zona de foul cerca del graderío.
En medio de su distracción, la pelota terminó cayendo detrás de él. No aterrizó en terreno bueno, pero el desaguisado le privó de un out.
Y con una segunda oportunidad, Betts bateó una línea de sencillo que dejó la escena lista para dos carreras en la primera entrada.
«Era importante para nosotros anotar primero y ejercer algo de presión sobre ellos», dijo Betts.
En el séptimo capítulo, el jardinero izquierdo Joc Pederson lució dubitativo al perseguir un globo de Benintendi. Corrió hacia las butacas que sobresalen cerca de la línea de foul. La pelota cayó de su guante, para un doblete.
«Uno nunca sabe. Una bandera puede volar en una dirección y el viento sopla en otra», indicó Benintendi. «Hay que cuidarse mucho».
Y poco después, Núñez conectó el batazo clave en un duelo que estaba 5-4.
El frío tampoco les cayó bien a los Dodgers. Mucho menos la hostilidad del público.
Con su estructura angulada, el parque se convirtió en una cámara de resonancia para los gritos del público, incluso antes del primer pitcheo.
«¡Venzan a Los Ángeles!», fue una de las consignas más socorridas. Otras hicieron mofa de Kershaw. Y el dominicano Manny Machado, villano favorito de estos playoffs, escuchó abucheos toda la noche.
El único integrante de los Dodgers que recibió aplausos fue el manager Dave Roberts. Al ser presentado, encontró las muestras de aprecio de un público que aún recuerda su temerario robo que cambió el rumbo de la remontada de 2004 de los Medias Rojas ante los Yanquis en los playoffs.
No hubo más experiencias positivas para el piloto en el encuentro.
«No jugamos a la defensiva como solemos hacerlo. Creo que dejamos escapar unos outs ahí», destacó. «Y no le facilitamos el trabajo a Clayton».
Xander Bogaerts bateó un rodado de out que dio la delantera a los Medias Rojas en el quinto acto, y el dominicano Rafael Devers siguió con un sencillo remolcador para colocar el encuentro en 5-3.
Después de que Manny Machado conectó un elevado de sacrificio en el séptimo capítulo para su tercera remolcada, Núñez conectó su vuelacerca por encima del Monstruo Verde, en la parte baja del inning ante Alex Wood.
David Price abrirá por Boston el segundo juego, este miércoles, frente al surcoreano Hyun-Jin Ryun.
Será apenas la tercera Serie Mundial en que los dos abridores de los dos primeros juegos son zurdos. Ello había ocurrido sólo en 1963 y 1973.
Por los Dodgers, el dominicano Machado de 3-1 con tres impulsadas. El puertorriqueño Enrique Hernández de 4-0. El cubano Yasiel Puig de 3-0.
Por los Medias Rojas, los dominicanos Núñez de 1-1 con una anotada y tres impulsadas, Devers de 2-1 con una remolcada. El venezolano Sandy León de 4-2.