Jugadores y manejadores se encuentran con ideas divididas en torno a la posibilidad de que el beisbol de Ligas Mayores se jugara en el área de Arizona y que todos los beisbolistas permanezcan allí por un largo período de tiempo.
Chris Sale, quien se perderá toda la temporada con Boston tras someterse a una cirugía de Tommy John, no pareció envidiar a sus compañeros.
Esa opción contempla reunir a los 30 equipos en Arizona, para realizar ahí encuentros sin público, como parte del comienzo de la temporada que se ha pospuesto ante la pandemia de coronavirus.
«No sé si podría limitarme a ver a mis hijos en una pantalla durante cuatro o cinco meses. Lo mismo con mi esposa», dijo Sale el martes. «Es mucho tiempo. Pero supongo que la gente ha hecho esto en escenarios adversos. Pienso que hay mucho por analizar».
La alternativa de Arizona figuró entre las ideas discutidas el lunes durante una conferencia telefónica entre los cinco principales dirigentes de las Grandes Ligas y del sindicato de peloteros. El encuentro fue encabezado por el comisionado Rob Manfred, dijeron fuentes cercanas a la conferencia, quienes hablaron con la agencia de noticias Associated Press a condición de permanecer anónimas porque no se han dado detalles de esta comunicación.
Ante el retraso que hay ya en la campaña por la emergencia de salud, ambas partes buscan formas de poner en marcha los juegos. Mike Matheny, manager de Kansas City, dijo que se sentiría privilegiado por ayudar a que el país recupere algo parecido a la normalidad y por aportar una distracción a los fanáticos.
«Habría que lanzarnos a esto, sabiendo que tal vez no sepamos cuándo podremos reencontrarnos con nuestras familias, y confiando en que, cuando los funcionarios de salud decidan que está bien podremos hacerlo», dijo Matheny.
Eloy Jiménez está en Arizona desde que fueron cerrados los campamentos de pretemporada por la pandemia. Aunque se dijo listo para jugar, manifestó preocupación por algunos compañeros.
«Yo sólo quiero jugar. Si ellos deciden jugar aquí, lo voy a disfrutar, pero… si la temporada comienza con todos los juegos en Arizona, ello significará que los chicos se separarán de sus familias por un largo tiempo y jugarán en un calor de 110 grados (43 Celsius)», dijo el jardinero de los Medias Blancas de Chicago, durante una teleconferencia organizada por el club. «¿Qué tan difícil será eso? Va a ser duro».
Los dirigentes del béisbol prevén analizar qué opciones serían viables en lo económico y obtendrían el respaldo necesario. La oficina de las mayores precisó que no ha buscado todavía que algún plan sea aprobado por funcionarios federales, estatales o locales, ni por el sindicato.
«Las Grandes Ligas han contemplado activamente varios planes de contingencia que permitan jugar en el comienzo, una vez que la situación de salud pública haya mejorado al punto en que resulte seguro hacer esto», indicó la oficina del comisionado en un comunicado. «Aunque hemos discutido la idea de realizar juegos en un solo lugar como una opción potencial, no hemos llegado a un arreglo en esa opción ni tenemos un plan desarrollado».
Arizona cuenta con 10 parques de pretemporada, más el Chase Field, donde juegan los Diamondbacks. Todos se ubican en un radio de aproximadamente 50 millas (80 kilómetros). El Phoenix Municipal Stadium, que llegó a ser la sede primaveral de Oakland, es una opción, junto con el Grand Canyon’s Brazell Field.
El Chase Field podría albergar varios juegos al día, gracias a que se instaló ahí césped artificial desde antes de la temporada de 2019.
«No podríamos hacer eso con el pasto natural, pero absolutamente sí podríamos con el sintético», manifestó el presidente de los Diamondbacks, Derrick Hall.