(Felix Sención).-Los Cleveland Guardians lograron una victoria crucial de 7-5 sobre los Yankees de Nueva York en un partido lleno de dramatismo, lo que les permitió acercarse 1-2 en la Serie de Campeonato de la Liga Americana. A pesar de que los Yankees protagonizaron un regreso heroico para empatar el marcador, los Guardians supieron responder con contundencia en los momentos clave del juego, sellando el triunfo en entradas extras.
La narrativa del encuentro parecía salida de un cuento de hadas para los aficionados de los Yankees. Aaron Judge y Giancarlo Stanton lograron conectar jonrones consecutivos ante el cerrador estrella de Cleveland, Emmanuel Clase, quien solo había permitido dos cuadrangulares en toda la temporada regular. Estos batazos, a pesar de ser un indicio de la capacidad de recuperación del equipo neoyorquino, no fueron suficientes para asegurar la victoria. «Ellos nos golpearon, así que nosotros les devolvimos el golpe», una frase de la película El Padrino que resonó en el Yankee Stadium tras el empate conseguido por los poderosos bates del Bronx.
El enfrentamiento se tornó aún más tenso en la décima entrada, cuando Cleveland demostró su capacidad para salir adelante en momentos críticos. Noel, de los Guardians, conectó un swing decisivo que puso a prueba al lanzador de los Yankees, Weaver, quien no mostró el mismo nivel desde el juego 2. Una jugada defensiva impresionante de Naylor, recibiendo un disparo de Jiménez, evitó lo que parecía un sencillo entre primera y segunda base para los Yankees, demostrando la calidad defensiva que se espera en la postemporada. En épocas anteriores, esa jugada habría sido decretada como out sin la tecnología moderna, pero en el juego actual, las revisiones permiten mantener la esperanza.
Con Jasson Domínguez en segunda base y Anthony Volpe en el plato durante la parte alta del décimo episodio, parecía que los Yankees tendrían una nueva oportunidad de tomar la delantera. Sin embargo, el relevista de los Guardians, Avila, se encargó de apagar las esperanzas del equipo de Nueva York, retirando a Volpe y dejando la mesa servida para que Cleveland aprovechara su turno al bate en la parte baja del inning.
La tensión era palpable en el Yankee Stadium, y las decisiones del manager reflejaban la incertidumbre del momento. Weaver, el lanzador de los Yankees, no parecía estar en su mejor forma física desde su actuación en el segundo juego de la serie, con señales visibles de incomodidad durante el calentamiento. Esta situación fue aprovechada por Cleveland, que atacó los lanzamientos de Weaver, logrando dos imparables consecutivos que prepararon el terreno para lo que sería la victoria final de los Guardians.
En la parte baja de la décima entrada, con el marcador igualado a cinco carreras, llegó el turno para Holmes, quien intentó mantener a raya a los bateadores de Cleveland. Sin embargo, la historia parecía repetirse, ya que uno de sus lanzamientos más veloces terminó encontrando las gradas del jardín derecho, tal como ocurrió en la temporada regular. Los Guardians, con un batazo decisivo de Fry, prácticamente sentenciaron las esperanzas de los Yankees, enviando la pelota lejos en la fría noche de Cleveland y asegurando la victoria para su equipo.
Esta derrota dejó a los Yankees con la necesidad de recuperarse rápidamente si quieren mantener viva la esperanza de avanzar a la Serie Mundial. Por su parte, los Guardians celebraron una victoria que inyectó energía y optimismo al equipo y a sus seguidores, recordando que en el béisbol, especialmente en octubre, cualquier cosa puede pasar.
La serie ahora se encuentra 2-1 a favor de los Yankees, quienes tendrán la presión de ganar el siguiente juego para evitar que los Guardians empaten la serie y tomen impulso. Este duelo de la Serie de Campeonato ha tenido todos los ingredientes de un thriller, con giros y emociones dignas de una película de James Bond. Por ahora, los Yankees deberán «vivir para morir otro día», mientras que los Guardians se aferran a su sueño de llegar a la Serie Mundial.