En el béisbol, las segundas oportunidades no siempre llegan. Sin embargo, para Ramón Laureano, el 2025 se ha convertido en un capítulo de redención. Tras años marcados por lesiones y una suspensión por PEDs en 2021, el jardinero dominicano encontró en los Padres de San Diego el escenario perfecto para redescubrir su swing y demostrar que aún puede ser una pieza clave en Grandes Ligas.
Ramón Laureano con Padres: .348 (46-16) con tres jonrones, dos triples, dos dobles, 11 Rbis y 10 Runs en 13 juegos. pic.twitter.com/OjUZGM331K
— Enrique Rojas/ESPN (@Enrique_Rojas1) August 16, 2025
Adquirido en la fecha límite de cambios desde Baltimore, Laureano ha transformado su narrativa de jugador en declive a uno de los mejores movimientos del mercado. Su llegada coincidió con el despertar de los Padres, que pasaron de estar nueve juegos detrás de los Dodgers a tomar la cima de la División Oeste de la Liga Nacional.
El fuego competitivo nunca se apagó
Ramon Laureano with the Padres:
— Orioles magic (@OriolesMagic23) August 15, 2025
(15 games)
AVG – .333
H – 15
HR – 2
RBI – 10
SLG – .600
Ryan O’Hearn with the Padres:
(15 games)
AVG – .185
H – 5
HR – 1
RBI – 4
SLG – .333#Birdland pic.twitter.com/aLQkgsTSy9
Laureano es recordado desde su irrupción con los Atléticos en 2018, cuando su primer hit fue un sencillo de oro y, poco después, protagonizó una de las asistencias más espectaculares de la década: un misil de 321 pies desde el jardín central en Anaheim. Desde entonces, mostró un estilo agresivo, energía contagiosa y un amor por la competencia que lo mantuvo vigente, incluso en los momentos más duros de su carrera.
Ahora, a sus 31 años, esas mismas cualidades lo han convertido en el motor inesperado de San Diego. En apenas 12 juegos con los Padres, batea para .333/.400/.600 con par de cuadrangulares y una producción ofensiva que lo coloca nuevamente bajo los reflectores de MLB.
El impacto en un clubhouse plagado de estrellas
San Diego ya contaba con figuras de renombre, pero Laureano ha aportado un ingrediente que no se mide en números: unidad y convicción.
“Es la primera vez que estoy en un equipo donde todos estamos en la misma página”, declaró el jardinero. “Eso lo cambia todo”.
Ese espíritu colectivo se ha traducido en resultados inmediatos. Con Laureano en el lineup, los Padres no solo han mejorado su ofensiva, también se han fortalecido en la defensa de los jardines, un área donde la agresividad del dominicano hace la diferencia.
De “descarte” a refuerzo de lujo
El camino de Laureano no ha sido fácil. Fue elegido en la 16ª ronda del draft y, en más de una ocasión, puesto en duda por las organizaciones. Pero una y otra vez, su voluntad ha pesado más que cualquier etiqueta. Hoy, cuando muchos no lo consideraban una figura trascendental, se ha convertido en la chispa que los Padres necesitaban para encarar una recta final electrizante en el Oeste de la Liga Nacional.
Con San Diego entrando a una serie crucial contra los Dodgers, el papel de Laureano será vital para consolidar la ventaja divisional. En un roster lleno de nombres mediáticos, el jardinero dominicano está demostrando que el béisbol, en esencia, sigue premiando la perseverancia y la pasión.
