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David Ortiz despide a su padre con emotivas palabras

SANTO DOMINGO — El mundo del béisbol y la República Dominicana están de luto tras el fallecimiento de Américo Ortiz, padre del expelotero y miembro del Salón de la Fama, David Ortiz. El luto se hizo presente durante las honras fúnebres celebradas en el Jardín Memorial, en una ceremonia íntima donde el Big Papi expresó, entre lágrimas, el profundo amor y gratitud que tenía por su padre.I

Emotivas palabras en un adiós sentido

David Ortiz resumió el legado de su padre con una frase cargada de emoción:

“Él me cuidó, me protegió de todo lo que podría hacerme daño”.
Instantes más tarde, añadió:
“Él alardeaba con orgullo que tenía un hijo en el Salón de la Fama, pero él no sabía que quien tenía un papá en Cooperstown era yo” — una declaración que refleja el reconocimiento profundo al amor y guía incondicional que lo acompañó toda su vida.

Presencia del béisbol dominicano
El funeral contó con la asistencia de grandes figuras del béisbol. El también miembro del Salón de la Fama, Pedro Martínez, lo recordó como un padre ejemplar, no solo para David, sino también para él.

“Este año ha sido duro… Don Leo fue ese segundo padre para mí”, expresó Martínez.

Por su parte, Kelvin Cruz, Ministro de Deportes, destacó el compromiso de David con su padre durante sus últimas semanas, resaltando el fuerte vínculo familiar y los valores inculcados por Américo.

El expelotero Edwin Encarnación también estuvo presente y elogió la alegría que emanaba Don Leo aun frente a la adversidad:

“Américo siempre fue una persona alegre… nunca se notaba desanimado”, comentó entre sollozos.

Un legado de valores y amor
La LIDOM (Liga Dominicana de Béisbol Profesional) emitió un comunicado de condolencia, reconociendo la figura de Don Américo como un pilar no solo para su familia, sino para el béisbol dominicano en general.

El país despide con dolor a quien dejó una huella imborrable en uno de sus más grandes íconos deportivos, una figura silenciosa que forjó carácter, entrega y esperanza en el corazón de David Ortiz.

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