Boston (EE.UU.), 22 jun (EFE).- El expelotero dominicano David Ortiz volvió de nuevo a Boston para participar en la colocación de su nombre en una calle cercana al Fenway Park, donde luego acudió para ser vitoreado de nuevo por los aficionados de los Medias Rojas.
Las autoridades locales acudieron junto con Ortiz a la ceremonia en la que se le cambió el nombre a la calle Yawkey Way Extension, que a partir de ahora ya tiene el nombre de David Ortiz Drive.
El acto, al igual que luego su presencia en el Fenway Park, fueron los primeros de una serie que anteceden al de la retirada de su números 34 que tendrá lugar el viernes por la noche durante el partido que los Medias Rojas van a disputar frente a los Angelinos de Los Angeles.
«Esta ciudad significa mucho para mi», declaró Ortiz durante el acto en el que su nombre pasó a formar parte del callejero oficial de Boston. «Esta ciudad me ha permitido llegar a lo que soy ahora».
El alcalde de Boston, Marty Walsh, presente en el acto de rebautizar la calle en honor a Ortiz, dijo que «Big Papi» es una «leyenda dentro y fuera del campo».
Walsh evocó cómo Ortiz levantó el ánimo en la ciudad tras el atentado terrorista perpetrado en el mortal maratón de Boston de 2013, cuando tomó un micrófono en el montículo de Fenway y proclamó: «Esta es nuestra (improperio) ciudad».
«En uno de los momentos más sombríos de la ciudad, fue alguien que nos ayudó a levantarnos de inmediato», destacó Walsh. «Su figura y calidad humana siempre ha servido de inspiración para todos los segmentos de la comunidad y en especial para los jóvenes».
Ortiz también participó esta noche en un evento de recaudación de fondos celebrado en el Boston’s Houston of Blues, con la presencia de Bill Burr, su excompañero Dustin Pedroia, Sarah Tianna y Lenny Clarke.
Todo lo recaudado tendrá como destinatario la Fundación Infantil David Ortiz.
Ortiz, de 51 años, como profesional jugó 20 temporadas en las Grandes Ligas, 14 con los Medias Rojas, y consiguió 541 jonrones, la mayoría con el equipo de Boston que al final ganó tres Series Mundiales y romper el maleficio de la «Maldición del Bambino», que se dio después que fue traspasado el legendario Babe Ruth a los Yanquis de Nueva York.
Ortiz, que ganó el premio de Jugador más Valioso (MVP) en la Serie Mundial del 2013, dijo que lo que había conseguido en el campo había sido importante, pero que participar y ayudar permanentemente a la comunidad de Boston fue todavía más grande.
Esa realidad ha hecho posible que Ortiz también haya batido todas las marcas de rapidez a la hora de retirarle el número 34 que siempre vistió con la franela de los Medias Rojas.
Legendarios del equipo como Ted Williams debió esperar 24 años tras su último turno al bate antes que los Medias Rojas colgasen su número en la fachada del Fenway Park.
Bobby Doerr y Joe Cronin aguardaron 37 años, mientras que Carlton Fisk y Jim Rice esperaron 20.
Sin embargo, el número 34 de Ortiz se sumará a ese grupo la noche del viernes, apenas 265 días después de que el ídolo dominicano se despidió del diamante de Fenway por última vez como pelotero y el jueves también lo volvió a pisar.
«Ese corto lapso de tiempo es un símbolo de lo que todo el mundo considera ha sido el jugador más importante en la historia de los Medias Rojas», reconoció el presidente del equipo Sam Kennedy. «Su figura ha sido excepcional dentro y fuera del campo».
Los Medias Rojas retirarán el número de «Big Papi» durante el partido frente a los Angelinos y será el undécimo número que estará en la fachada del campo, y el tercero en tres temporadas.
Como bateador designado, ayudó a los Medias Rojas a ganar tres Series Mundiales, incluyendo el primer campeonato de la franquicia en 86 años en 2004.
La despedida de Ortiz derivó en un derroche de aprecio y reconocimientos a lo largo de la temporada, recibiendo obsequios en los estadios que visitaba y luego con un homenaje que abarcó un fin de semana en Fenway.