Después de haberse visto maniatada en los últimos 21 episodios de la Gran Final, en los que solo había podido producir tres carreras, la ofensiva de Leones del Caracas tuvo una importante reacción para, con contundencia, imponerse a Tiburones de La Guaira 7 a 2 y colocarse a ley de un triunfo para alcanzar el vigésimo primer título en la historia de la franquicia.
Es la primera vez en la etapa decisiva, en la que el equipo que jugó en condición de visitante se adjudica la victoria y Caracas lo logró con oportunismo al bate. Durante las derrotas, habían podido batear solo cuatro imparables en 20 turnos con hombres esperando por anotar y la situación fue revertida en la jornada sabatina, cuando ligaron de 5-3 en esa situación.
En la historia de la LVBP, 33 equipos han estado arriba 3-2 en una Gran Final y 25 de ellos se llevaron el cetro. Aunque Caracas aparece un par de veces entre los ocho clubes que perdieron, de acuerdo con Quality Sports.
Los melenudos volvieron a tomar la delantera en la serie decisiva, también acobijados -una vez más- en el brazo de Jhoulys Chacín, que con toda su experiencia pudo sobrellevar y salir airoso del que ha sido su desafío más difícil entre los cuatro más recientes en los que actuó en la postemporada.
El grandeliga encontró resistencia por parte de la toletería salada desde el primer episodio, cuando Maikel García y Danry Vásquez se le embasaron por la vía de los cuatro envíos malos. La difícil situación la sorteó al dominar al cuarto y quinto bate salado, respectivamente. Balbino Fuenmayor con elevado al camarero y Ángel Reyes con rorado al campocorto, para out forzado en el segundo cojín.
Tras haber salido ileso, el ataque caraquista apoyó a su estelar serpentinero al brindarle un respaldo de hasta cuatro carreras en el segundo acto con un Gabriel Noriega como figura del rally. El infielder estaba supuesto a ser un jugador de rol para la serie, pero los problemas de salud que presenta el plantel, le concedieron el chance de aparecer por primera vez en el lineup titular del piloto José Alguacil.
Y como las finales nunca dejan de tener esos épicos episodios, Noriega no dejó pasar la oportunidad de ser protagonista de uno y en apenas su primera aparición oficial en el plato desde el 18 de enero, conectó el primer jonrón de Leones en la instancia, nada más y nada menos que con las bases llenas, luego de dos outs en la pizarra.
“La clave es la confianza, la preparación y la actitud. Yo sé que no estaba jugando, pero siempre estoy preparado para la oportunidad que me da el mánager, que me dijo hoy que estaba en play y me puse mentalmente fuerte para poder hacerlo bien. Yo soy un muchacho tranquilo, no me gusta forzar algo y esa es la clave del éxito que he tenido, ser paciente y esperar por el chance para demostrar que puedo jugar”, declaró al circuito radial Gabriel Noriega, tras el compromiso.
Para hacer de su batazo más sobresaliente, se lo conectó a Ramón García Jr., punta de lanza de la rotación del mandamás Henry Blanco y flamante ganador de la designación como Jugador Más Valioso del Round Robin.
Jhoulys Chacín apeló a toda su sapiencia desde el montículo para llevarse el triunfo
El conjunto de La Guaira, sentido por el golpe, se desquitó de al menos uno en la parte baja de ese capítulo dos, en el que Chacín volvió a tropezar al recibir trío de incogibles, uno de ellos remolcador por parte de Ehire Adrianza, tras un gran turno que constó de ocho pitcheos. Como ocurrió antes, el zuliano sacó a relucir de nuevo sus pergaminos y eludió el peligro obligando a fallar al complicado Maikel García con fly al campocorto, proseguido de un ponche frente a Franklin Barreto.
Leones no permitió que la celebración por la intentona rival se prolongara por mucho tiempo y en la tercera entrada, ante el mismo García Jr, coronó otro ramillete, este de tres anotaciones y ensalzado por los bates de Isaías Tejeda y Orlando Arcia, quienes ocasionaron la prematura salida del iniciador salado, al que solo le alcanzó para completar dos innings.
El gran espaldarazo brindado por su ataque, que significaba un margen de error más amplio, le concedía a Alguacil el chance de continuar maniobrando con Jhoulys Chacín en la lomita, pese a los inconvenientes suscitados y uno más que se le presentó en el cierre de ese tercer tramo cuando Tiburones le endosó una rayita más a su trabajo, como causa de una crisis de descontrol que lo llevó a regalar dos boletos y a propinar un pelotazo para congestionar las almohadillas; sin embargo, tuvo una pronta recuperación y minimizó el daño al forzar a Wilson García a batear para dobleplay justo antes de dominar a Alcides Escobar.
Chacín concluyó su plausible faena con un quinto inning del que se deshizo rápidamente, con dos ponches incluidos y dejar así servida la mesa para que José Alguacil hiciera uso de su “menú”, tal y como le llama al plan de juego que suele ejecutar con sus relevistas más confiables o como se les designa coloquialmente, los del “bullpen A”
Miguel Socolovich, Ricardo Rodríguez, José Mújica y Silvino Bracho demostraron el por qué su piloto reboza semejante confianza en ellos, al lanzar los últimos cuatro capítulos con un dominio cuasi absoluto, en los que permitieron solo un imparable, sin base por bolas y cuatro ponches. El único “descifrado” fue Bracho, al que Alcides Escobar le despachó un hit en el último inning, que no significó nada para el partido.
“Para ganar un campeonato, todas las victorias son importantes. Anoche (viernes) nos reunimos, para mantener al equipo junto, que supieran que ellos tienen más de lo que demostraron los últimos dos días. Hubo un pelotero que el nombre lo diré en el momento adecuado, que me tocó y creo que tocó al grupo entero y esa fue la bujía que necesitábamos para salir hoy a demostrar quiénes somos”, esbozó Alguacil, con sentimientos encontrados que lo llevaron a no poder contener las lágrimas en medio de la rueda de prensa pospartido.
Chacín sumó su cuarto lauro al hilo en los playoffs, en tanto Ramón García Jr., fue derrotado por segunda vez en la confrontación particular, después de haber tenido siete salidas previas sin conocer un descalabro.
La afición del Caracas celebró a rabiar el jonrón con las bases congestionadas de Gabriel Noriega